Comer bien puede ser un desafío para cualquiera, pero puede ser aún más difícil durante y después del tratamiento del cáncer. Por ejemplo, el tratamiento a menudo puede cambiar su sentido del gusto. La náusea puede ser un problema. Usted puede perder su apetito por un tiempo y bajar de peso cuando no lo desea. Por otro lado, algunas personas aumentan de peso incluso sin comer más. Esto puede ser frustrante también.

Si usted está perdiendo peso o tiene problemas de sabor durante el tratamiento, haga el mejor esfuerzo  para comer y recuerde que estos problemas suelen mejorar con el tiempo. Es posible que desee preguntarle a su equipo de cáncer que le refiera a un dietista, un experto en nutrición, que le puede dar ideas sobre cómo tratar con algunos de los efectos secundarios de su tratamiento. Usted también puede encontrar útil comer porciones pequeñas cada 2 a 3 horas hasta que se sienta mejor y pueda regresar a un horario más normal.

Una de las cosas que mejor puede hacer  después del tratamiento consiste en adoptar hábitos sanos de alimentación en su lugar. Usted se sorprenderá de los beneficios a largo plazo de algunos cambios simples, como aumentar la variedad de alimentos saludables que consume. Y no se olvide de obtener algún tipo de ejercicio regular. La combinación de una buena dieta y el ejercicio regular le ayudará a mantener un peso saludable y hacerle sentir más energético.