El ex presidente de Estados Unidos; Jimmy Carter recibió en 2002 el Premio Nobel de la Paz, pensaba que solo le quedaban solo algunas semanas de vida en agosto de 2015 mediante una rueda de prensa en Georgia, dónde afirmó que “Esto estaba en las manos de Dios”.
Para ese momento, él contaba con 90 años y los médicos le habían cortado una parte del hígado, pero no era todo, cuatro focos de melanoma habían sido encontrados en su cerebro.
Sin embargo, 16 semanas más tarde, Jimmy Carter daba la grata noticia al mundo de que en su cuerpo no quedaba rastro alguno de cáncer.
El demócrata quien había gobernado los Estados Unidos de 1977 y 1981 se había sometido a radioterapia y a un tratamiento con pembrolizumab que es un medicamento que prepara al sistema inmunitario para que sea capaz de combatir los tumores. Sin embargo, a los tres meses siguientes, el equipo de médicos que lo atendían, habían decidido dejar de administrárselo, tenían un gran motivo: Jimmy Carter estaba libre del cáncer y así lo afirmaban los escáneres.
Investigación da resultado
El descubrimiento del japonés Tasuku Honjo, quien es uno de los inmunólogos galardonados este año con el Nobel de Medicina, señalaba que pembrolizumab es una medicina desarrollada a partir de largas investigaciones.
Pero no solo el japonés, había estudiado sobre el tema también lo había hecho, el estadounidense James P. Allison cada uno por su cuenta, y señalaban el hecho de como una proteína le sirve de freno a los linfocitos T, que son las células principales de nuestro sistema inmunitario.

Los investigadores descubrieron que nuestro propio sistema inmunológico puede ser capaz de combatir el cáncer.
¿Cómo funciona la inmunoterapia, el tratamiento que curó a Jimmy Carter?
Empecemos por definir a los linfocitos T, los cuales son un tipo de glóbulo blanco que nace en la médula espinal y circula por nuestro organismo como si fuera nuestro más eficiente y fuerte guardián protector. Por ello, cuando encuentra alguna amenaza, como ejemplo un virus, entonces los linfocitos T comienzan a actuar para eliminarlo.
El japonés Honjo, descubrió que existe una proteína, la PD-1, la cual es capaz de detener al linfocito T de atacar aquello que nos pone en peligro. Por otro lado, el estadounidense Allison estudió una que cumple la misma función pero con una estrategia diferente, se trata de la CTLA-4, y empezó a investigar todo sobre cómo usarla para que esta logre combatir tumores.
El método de Allison da buenos resultados contra el melanoma, aunque el de Honjo es más integral, ya que actúa contra una mayor diversidad de cánceres como el de pulmón o el renal.

En el caso de Carter, se usó el pembrolizumab, que inhibe la PD-1. El melanoma anula la capacidad de ataque de los linfocitos T, pero el pembrolizumab corta este efecto y permite a las células combatir el tumor sin que la proteína las detenga.
Dicho medicamento tiene la capacidad de realizar la función de un anticuerpo, provocando a estas células inmunitarias para que actúen.
La otra buena noticia
Afortunadamente el pembrolizumab no ha sido el único fármaco que ha surgido de estos descubrimientos premiados con el Nobel. Ahora existen otros más que también dan esperanzas a quienes tienen un cáncer avanzado y que antes era incurable.
Cabe mencionar que, aunque no siempre funcionan para todos por igual, en algunos pacientes ha sido muy efectivo, pues ha logrado eliminar tumores por completo incluso cuando ya había comenzado a expandirse por todo el cuerpo.
Jimmy Carter es uno de ellos, y gracias a este descubrimiento que llevó largas noches de estudio, el ex mandatario estadounidense sobrevivió al cáncer y a sus 94 años, sigue de lleno con el apoyo social y promoción de la democracia a través del Centro Carter del que él lleva las riendas.