Riesgos de hacer ejercicio en las horas centrales del día
Hay quien se plantea correr en el momento en el que la incidencia del sol es mayor porque es el único tiempo que dispone para hacerlo. Veamos los riesgos que se asumen y las recomendaciones para una práctica segura. Calor y mayor incidencia del sol sobre la piel!
Por un lado, el problema más inmediato que se plantea cuando se trata de correr en la calle, en los meses estivales y al mediodía es el calor. Las llamadas horas centrales del día se sitúan entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde, aunque dependiendo del lugar donde te encuentres, este intervalo puede variar.
Durante este tiempo, el sol está en su punto más álgido y por lo tanto, calienta más el ambiente y la temperatura es mucho mayor que en el resto de horas. Esto es un problema a la hora de hacer deporte al aire libre, ya que en el mejor de los casos, el rendimiento se ve mermado, pero en el peor de ellos, podrías llegar a deshidratarte o sufrir un golpe de calor.
Por otra parte, hay que atender a otra cuestión que es de vital importancia y es la salud de la piel. Las recomendaciones a la hora de ir a pasar el día a la playa o al campo es la de evitar exponerse al sol en las horas centrales del día por los mismos motivos que ya hemos mencionado. Si aun así, vas a estar al aire libre, es importante echarse crema solar para protegerse de los rayos UVB y UVA.
- Protege tus ojos: una visera y unas buenas gafas de sol son claves para salir a correr en las horas centrales del día. Hoy en día, encontrarás gafas de sol específicas para running, muchas de ellas equipadas de elementos para evitar que el sudor se meta dentro de los ojos.
- Busca zonas donde haya sombra: ya sea un parque donde abunden los árboles o calles en las que se levanten altos edificios. Un detalle tan simple como este puede marcar la diferencia entre sentir que el sol está dándote en la cabeza directamente y correr en la sombra.
- Llévate agua fría y moja zonas claves: cuando corres con calor, no vale con hidratarse antes y después del ejercicio, hacerlo durante evitará que pierdas muchos minerales durante la práctica y que la temperatura corporal suba en exceso (lo que hace que se produzca el llamado golpe de calor). También es fundamental mojarse de vez en cuando las muñecas y la nuca para refrescarse.