España participa desde el año 2000 en la campaña del Euromelanoma, una actividad que se ha revelado extremadamente útil y beneficiosa para la población general. La Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología realiza y dirige esta iniciativa en nuestro país, en la que, el año pasado participaron 232 especialistas y se efectuaron más de 3.000 consultas.
Bélgica fue la pionera, en 1999, en la institución del Día del Melanoma, que facilitaba un examen cutáneo gratuito para la detección del cáncer de piel. Este fue el germen del euromelanoma, campaña en la que actualmente participan 33 países y que lleva realizadas más de 450.000 consultas.
La Fundación Piel Sana está haciendo un llamamiento a los dermatólogos españoles para que participen en la campaña de este año. Durante la semana del 24 al 28 de junio se realizará la fase de diagnóstico precoz, informando gratuitamente sobre los signos sospechosos de malignidad y los tratamientos existentes.
Esta campaña, cuyos detalles pueden conocerse visitando la web de la Fundación Piel Sana de la AEDV, representa, muy gráficamente, el generoso esfuerzo de los dermatólogos españoles por afrontar eficazmente una patología que alcanza ya una notable incidencia. En nuestro país se registran 4.000 nuevos casos de melanoma al año y, aún cuando la cifra es considerable, el índice de incidencia (6,9 casos por cada 100.000 habitantes) es llamativamente inferior al de países menos soleados, como Dinamarca, donde este porcentaje se eleva hasta el 19,2.
Ello dice mucho a favor de la dedicación de nuestros dermatólogos y una demostración de la efectividad de las campañas de concienciación pública desarrolladas en los últimos años.
El Euromelanoma es un día que se celebra en España y en toda Europa para concienciar a los ciudadanos de la importancia de acudir al dermatólogo si tiene lunares, para ser revisados con el fin de hacer un diagnóstico preciso de esos lunares, que en la mayoría de los casos serán benignos, y solamente serán necesarias revisiones periódicas y enseñarles los síntomas de alerta de modificación en dichos lunares. Y el segundo objetivo será descartar la existencia de posibles cánceres de piel tipo melanoma.
El melanoma es un cáncer de piel que se desarrolla a expensas de los melanocitos. Surge espontáneamente o sobre un lunar que se ha modificado. El número de casos crece cada año.
Su diagnóstico precoz hace posible su curación pero en un estadio más tardío puede extenderse (por metástasis) a otros órganos del cuerpo (ganglios, hígado, pulmones…), lo que disminuye mucho las posibilidades de curación, con un pronóstico a veces fatal, de muerte del paciente. Mejor pronóstico, pues, cuanto más pequeño sea y más superficial, es decir, que sólo se encuentre en la epidermis y no haya invadido «otras capas de la piel». Este cáncer se da igual en mujer que en hombre, aunque algunas estadísticas sitúan un poco más frecuente en la mujer y la edad media de presentación son los 50 años.
La regla del ABCD
Ante una lesión pigmentada lo primero es establecer las diferencias entre un lunar y un melanoma. El dermatólogo es el más capacitado para hacerlo pero la ‘regla del ABCD’ ayuda a recordar las características más importantes del melanoma:
A. Asimetría. Una mitad es distinta de la otra (crecimiento asimétrico).
B. Bordes irregulares. Bordes festoneados o mal delimitados.
C. Color variado. Cambios de color en la misma lesión.
D. Diámetro mayor de 6 mm (goma de borrar de un lápiz).
En las fases iniciales el melanoma puede ser curado completamente mediante extirpación quirúrgica de la lesión. En fases más avanzadas pueden ser necesarios otros tratamientos.
Por ello, el punto más importante es el diagnóstico precoz y la rápida extirpación.