Uruguay es el país con mayor incidencia, prevalencia y mortalidad por cáncer de piel en Latinoamérica. Esto se traduce en el diagnóstico de 260 melanomas al año, con 85 muertes de uruguayos en promedio anual, según los últimos datos publicados por el Registro Nacional del Cáncer.

URUGUAY es el país con mayor índice per capita en Sudamérica, y el tercero en el mundo, luego de Australia y Estados Unidos. Con esos antecedentes, es entendible que en el congreso uruguayo de oncología llevado a cabo durante la última semana de noviembre pasado, uno de los temas tratados fuera justamente el cáncer de piel. Ello demuestra no solo el alto interés que despierta, sino también la importancia que tiene, y que ya nadie puede ignorar. Si bien es cierto que la gran mayo – ría de los lunares son inofensivos, y comúnmente no ofrecen un riesgo de vida para el paciente, sí es necesario su observación y seguimiento, pues un cambio en el tamaño, forma o color, al igual que la aparición de uno nuevo, pueden ser signos de melanoma, y se deben evaluar. A tales síntomas se agregan otros, como picor, ardor o sangrado, igualmente sospechosos, y que también requieren análisis. Así lo consigna Melanoma Latinoamérica (www.melanomalatinoamerica.com), organización que tiene como objetivo identificar y recopilar el mayor número de datos epidemiológicos disponibles en Argentina, Brasil, Colombia, México, Puerto Rico y Venezuela, con el objetivo de obtener de buena fuente, una información lo más aproximada posible sobre incidencia y mortalidad del mal, a escala regional. Qué pasa en casa Melanoma Uruguay, por su parte, es el primer grupo de apoyo creado para los pacientes diagnosticados en nuestro país. Funciona como una ONG, con el cometido de brindar todo lo referente a prevención, educación, e investigación científica a quien lo necesite. Para ello está conectado con diferentes organis – mos internacionales, instituciones oncológicas y una amplia red de médicos especialistas en todo el mundo; a la vez que participa activamente en diferentes cuestiones que hacen al tema al que tanto se dedica. En realidad, Melanoma Uruguay/ América Latina, y Melanoma Italia Onlus comparten un mismo origen. Las tres son entidades fundadas en 2014, a instancias e inspiración de Claudia Piazza Cidonio, experta en Comunicación Social, y verdadero motor de esta movida en defensa del paciente con melanoma. En esa época, la quimioterapia operaba como única opción para los pacientes de melanoma en Uruguay, mientras que en Italia ya se aplicaban las inmunoterapias y las terapias dirigidas. Su propósito entonces, fue el de tratar que dichos tratamientos se aplicaran acá, a los pacientes en esta – do avanzado, lo que finalmente quedó aprobado hacia 2019. Esa especial dedicación de Claudia Piazza al tema, nace cuando por razones familiares se acercó a la consulta del Centro Oncológico Hillman, de la Universidad de Pittsburgh. Allí conoció al Dr. John Kirkwood, quien la puso en contacto con Valerie Guild, fundadora de AIM en Melanoma, a quien Claudia reconoce como su guía. Hoy su reto es informar e insistir hasta el cansancio, hasta que todos tomemos consciencia de lo devastador que puede llegar a ser el paso por las diferentes instancias a que el cáncer somete, tanto para la familia como para el paciente: “la gente piensa que no es más que un lunar. Eso es lo que tenemos que asumir, ¡que se trata de un cáncer!”

Piazza concluye: “sabemos que podemos ayudar a los pacientes estén donde estén, y eso es una sensación muy buena”.

La peor exposición y la más dañina es la que se da antes de los 18 años, porque al igual que todos los demás órganos del cuerpo, la piel se termina de desarrollar poco antes de esa edad. Si inicialmente el cuerpo se forma con un material genético deficiente, éste va a perdurar durante toda la vida. Antes de los 18 años, una persona promedio acumula entre un 50 a un 80 por ciento de la radiación solar que va a tomar en su vida. Según la especialista en Dermatología, Alejandra Larre Borges, “un gran regalo a nuestros hijos es cuidar de su piel, porque es la única que van a tener durante toda su vida“. Tiempo de exposición Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda de 5 a 15 minutos de exposición, 2 o 3 veces por semana; la especialista asegura que ”no existe un tiempo estimado de exposición segura. Lo ideal es no exponerse de forma directa, sin protección, en ningún momento“. Durante los meses de invierno, la incidencia de los rayos ultravioletas se ve muy reducida, llegando a ser nula (esto se puede chequear en la aplicación del clima del smartphone, que cada día especifica el índice de radiación UV). En nues – tro país, se dice popularmente que solo se puede tomar sol durante los meses que no llevan R; o sea: mayo, junio, julio y agosto. Durante el resto, (diciembre, enero, febrero, marzo, abril, setiembre, octubre y noviembre, hay que evitarlo.